La Columna del Vino
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Año XXIII – NUMERO 11
 25/03/2023   

 

 

Estimados lectores/seguidores: 

 

 

 

  

¡¡¡ Cómo le gustó mi copa de vino … la tomó con las dos manos !!!

 

 

  

 

 

 

VINOS

    

 

Esta semana probé el RIVAS, Malbec, Cosecha 2021, de Bodegas López, cuyo reciente lanzamiento se corresponde con un homenaje a la madre del fundador, José Gregorio López Rivas. Doña Fernanda Rivas crió y educó a sus hijos en Europa y los inspiró para que buscaran nuevos horizontes en la incipiente América. Después de instalado aquí trajo a su madre y a sus hermanos Federico y Matilde (1898). 
Con este vino la bodega muestra su intención de renovarse o aggiornarse, siguiendo el criterio que aplaudo, y que vienen desarrollando desde hace algunos años, Eduardo y Carlos López Laurenz (4ta. generación, en la imagen de la izq.), actuales conductores de la firma. Por tal motivo el vino se presenta como un producto más moderno, con más cuerpo, más alcohol, intensidad aromática y con la presencia de aromas de la crianza, ya que se añeja en barriles de 5000 litros durante ocho meses. 
Como se ve en la imagen, tiene una presentación moderna, sobria y elegante y en la copa se muestra con un color rojo oscuro y tonos violáceos. En nariz ofrece aromas frutas rojas maduras entre las que sobresalen la ciruela y la cereza, además de notas de violetas y dejos de la crianza como tabaco, cuero y un suave toque terroso. En boca tiene un ataque amable y luego corre con muy buen cuerpo, con 14,5º de alcohol, taninos firmes, todo lo cual le da personalidad y llena el paladar pero, no obstante, corre fácil y muy agradable. Su final es largo, robusto y sabroso. Excelente. 

 

 

También probé el Fabre Montemayou Terruño Cabernet Franc Cosecha 2021, que integra una línea de relativo reciente lanzamiento, algunos de los cuales ya les hablé (merlot, cabernet franc), todos muy buenos y elegante, como son los productos de Hervé J. Fabre (en la imagen de la derecha), tanto de su bodega de Vistalba, Luján de Cuyo (que visité hace unos años), cuanto de su bodega en el Alta Valle del Río Negro.
Su presentación es muy elegante y el color lo hace destacado (cada integrante de la línea tiene distinto color). En la copa luce con un color rojo con tonos muy oscuros. En nariz despliega aromas a frutas rojas y negras, notas de especias, pimientos y ligeros dejos herbáceos, además de los aportes del roble francés en el que pasa doce meses (el 80 % del vino). En boca tiene una entrada que anticipa su buena estructura, que siente en el paladar aún cuando su tenor alcóholico es de 13.5º, lo que hace que corra suave, con taninos delicados que lo hacen equilibrado y muy agradable, para llegar a su final elegante, sabroso y persistente. Un vino excelente (Aprox $ 3500/4000).

 

 

 

Otro muy buen vino que probé esta semana fue el La Celia Elite, Malbec, Cosecha 2019, que produce la firma homónima, sita en Eugenio Bustos, San Carlos, Valle de Uco, que debe ser la primera bodega de dicho valle, ya que fue fundada en 1890, por quien diera el nombre a la localidad, y que tuve el gusto de visitar (y pasar una noche en su posada).

Es un vino de alta gama que tiene una presentación sobria y que se muestra en la copa con un color rojo violáceo, apropiado para el varietal. En nariz ofrece aromas a frutas rojas maduras, notas de violetas y dejos de vainilla y chocolate, producto de su crianza en barricas de roble. En boca tiene una entrada suavemente dulzona y luego sigue con buen cuerpo (14º), con taninos redondos y sedosos, acidez apropiada y un dejo frutado, todo lo cual lo hace muy agradable. Su final es largo, amable y goloso. Excelente (Aprox. $ 3000/3800). 

 

 

 

Calmados los calores, tomé un Luigi Bosca Malbec, Cosecha 2020, que resultó, como siempre, muy bueno, debido a que -como lo he dicho varias veces- esta bodega con más de 120 años, ha sabido ganarse un lugar destacado en el consumidor argentino por la calidad constante de sus productos, actualmente en manos de su winemaker principal Pablo Cúneo quien después de haber hecho un trabajo espléndido en Ruca Malén, pasó esta bodega, hace unos años.
Este vino tiene una presentación llamativa por el color rojo morado de su etiqueta, su color es rojo oscuro con tonos purpurados y en nariz ofrece aromas a ciruela, mora, frambuesa, suaves notas florales y dejos de vainilla y chocolate, producto de su paso por barricas de roble (seguramente de 2do. o 3er. uso) durante doce meses. En boca es amable en su entrada y luego corre fácil de tomar pese a su buen cuerpo y estructura (14,5º), debido a una acidez justa. Sus taninos son redondos, lo que lo hace agradable, hasta su final grato y persistente. Su precio aproximado es de $ 2300/3200 (depende el canal de compra).  

 

No suelo criticar en éstas columnas, pero cuando la cosa “pasa de la raya”, parece un deber advertir a los lectores, a quienes me debo principalmente.

El sábado pasado fuimos a cenar al Restaurante Centro, que funciona desde hace poco en el cruce de dos calles casi paralelas: Neuquén y Aranguren. Primero tenían dificultades para la reserva 20:30 o 22:30; el ruido impedía una charla normal, seguramente por su techos bajos y las mesas muy cercanas (poca luz). Había cinco platos pequeños y cinco grandes, avisaron que los traían “como salían”. Mi esposa y mi hija pidieron agnolotis -uno de los cinco grandes- dijeron que se habían acabado al mediodía. Trajeron primero los dos platos grandes que eligieron ellas y yo miraba, después trajeron las dos entradas, y finalmente trajeron mi plato de carne, que era fría y no me habían avisado, mientras yo comía ellas miraban. Si todos los platos eran fríos no se entiende porqué no “salieron” en el orden en que debían. Las explicaciones del encargado no fueron convincentes y sólo intentó ofrecer otro plato. Los vinos virtualmente desconocidos y algo caros. Todo unos $ 14.000 y no me cobraron la carne. En definitiva: NO RECOMENDABLE

 

  

LA BOTA

  

Hace mucho tiempo, dada la necesidad de transportar el vino, se idearon varias alternativas, como por ejemplo las barricas, o los vagones de tren para el vino a granel, las bolsas plásticas para ese mismo fin, barriles pequeños (de 5 a 50 litros), y hasta los barrilitos de los perros San Bernardo o las “petacas”.
Otra opción, bastante antigua fueron los llamados ODRES, que siempre han sido recipientes hechos de la piel de algún animal, cosida, pegada y preparada para guardar o contener líquidos, especialmente vino, aceite o algún licor. Todo ello con tamaños variables. 

La BOTA, es un tipo de odre, pequeño y usado para transportar esencialmente vino, al trabajo (pastores, agricultores, ganaderos, etc,), para viajes breves, o para llevarlo a un picnic o a una comida.
Los primeros testimonios sobre su existencia y uso se remontan a la antigua Grecia. La fabricación más habitual de las botas de vino se remonta a la España tradicional (el Quijote tiene muchas referencias). Su uso, antes extendido, se ha ido reduciendo con el paso de los años.
Se confeccionan artesanalmente con piel de cabra escogida y seleccionada, porque es fuerte, resistente, flexible y tiene un grosor razonable para ser manejable.
Lleva un cosido fuerte y hermético y se la reviste de lo que se llama pez (pez interior), que suele ser una brea o resina vegetal (generalmente resultante de calentar en un horno trozos de viejos pinos), que impermiabiliza y sella cualquier fuga. Es el mismo producto natural con el que durante siglos se impermeabilizó el casco de los barcos. Actualmente se suele utilizar un tipo de latex sintético.
Se coloca un brocal (hoy de melanina), que es una Boquilla, compuesta de tres partes, totalmente separables: El tapón superior que se saca para beber, para beber, la parte intermedia que se saca para el llenar a bota y parte inferior unida a la bota y en la que se enrosca la anterior. Este tradicional envase, a veces llamado “pellejo” cada vez se usa menos porque ha sido reemplazado poco a poco por otros envases, como los tetrabrick, bag in box, latas, botellas con tapa a rosca, damajuanas, etc. 

No obstante se reconoce que la bota de vino, frente a otros envases, es resistente a los golpes, pesa poco, es flexible y conserva el vino sin darle malos aromas. También es higiénica ya que se lava fácilmente y se usa sin vasos ni copas, sin necesidad de entrar en contacto con la boca de quien bebe de ella, por lo que se puede compartir.
Su conservación es simple, se guarda apoyada de manera horizontal, nunca colgada para que no se desplace el “pez” hacia el fondo. Debe estar vacía de vino y deshinchada. No hace falta ponerle coñac ni cosas parecidas, mejor que sepa a vino aunque sea viejo. El único mantenimiento que necesita es su lavado (con agua), cada vez que se rellena. No se lava antes de guardar pero sí cuando se va a usar.
El vino puede durar en ella entre 2 y 3 días, pero para conservarlo hay que quitarle todo el aire a la bota. A veces durará menos y otras más, depende de muchos factores

Lo tradicional para la bota son los vinos tintos, eventualmente rosado y casi no convienen los blancos, pero seguro que deben ser vinos tranquilos, sin burbuja. 

Los jóvenes lectores quizás nunca hayan visto una y tal vez ni siquiera sabían de su existencia. En mi caso, mi padre había comprado una y la usábamos periódicamente. Luego, ya mayor, tome algunas veces en algún restaurante español, especialmente en Cangas de Narcea, Beruti 4643, C.A.B.A.

 

 

NOTICIAS

  

Trapiche, la bodega argentina que este año celebra su 140° aniversario, estuvo presente en ProWein 2023 con su amplia gama de vinos de calidad, diversidad y singularidad.
Del 19 al 21 de marzo, Trapiche, la bodega argentina más reconocida en el mundo ya que está entre las Top 50, por la calidad, variedad y cantidad de sus vinos, participó en la feria ProWein, el evento más importante de la industria de vinos y bebidas espirituosas a nivel internacional, que se realiza hace 28 años en Düsseldorf, Alemania. Junto a Trapiche, estuvieron otras bodegas de Grupo Peñaflor como El Esteco, Navarro Correas, Mascota Vineyards y Finca Las Moras. 

 

 

 

En 2019 las bodegas Abito Wines y Bonomo Montiel se fusionaron creando un nuevo emprendiminiento, llamado “GRUPO SALUTE” con el fin de lograr eficiencia productiva y comercial, diversidad en el portafolio de marcas y unificación de pilares comunicacionales.
Su portafolio actualmente, está integrado por tres marcas de vinos, Abito Wines, Bonomo Montiel y Conejo Negro, abarcando diferentes segmentos de precios. También, por una línea de frutos secos bajo la marca Finca Bautem, con ventas por mayor y menor.
No he probado los vinos, pero me han hablado muy bien de los Abito.
 

 

ALGUNOS MENSAJES DE LECTORES

   

Un lector de mediana edad me dijo:
¡ Qué vino atrayente !
Muy …

 

Un amigo de mayor edad, apuntó:
Me gustan los vinos tintos, pero más las fotos en blanco y negro.
Y …

 

Un buen tomador me preguntó:
La chica de la tapa: Cuánto cobrará por un beso y una copa ?
No me dijo. 

 

Una lectora, que hace mucho que no me escribía, señaló:
Hola Alejo. Hace bastante que no te escribo, porque me apabullan las fotos de las señoritas que ponés, como “la del moño negro”. Pero tengo que reconocer tu buen gusto, cuando pusiste a Cate Blanchet, que es toda una dama, fina y elegante, además de ser una excelente actriz…
Agradecí lo del buen gusto.  

 

La semana que viene estaré con Uds.

les deseo vinos, en lo posible frescos.

 

ALEJO

“El Añejo”