La Columna del Vino
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AÑO XXIV – NUMERO 3
20/01/2024

 

Estimados lectores/seguidores:

 

 

  

   

Copa rara ¿no?

 

 

  

 

 

 

 

VINOS

  

 

Esta semana tomé El Esteco Old Vines, 1946, Malbec, Cosecha 2022, de la bodega homónima, sita en Cafayate y que tuve oportunidad de visitar hace unos meses.

Este producto se integra en una línea de vinos elaborados con los viñedos de más antigüedad de la firma (este malbec, 1946; el cabernet sauvignon, 1947; el torrontés 1945, y el de uva criolla, 1958).

Todos tienen una presentación llamativa, destacando el año de plantación del viñedo y, el vino en comentario, se muestra con un color rojo oscuro y violáceo bastante intenso (propio de la cepa y de la zona), con buenas piernas. En nariz se desprenden aromas a frutas rojas y ligeros déjos herbales. En boca es amplio, con buen cuerpo, pero fresco, con taninos presentes que le dan personalidad, pero muy amable y equilibrado, lo que lo hace muy agradable. Muy, pero muy bueno (Aprox. $ 10000/12000). Sus antecesores han tenido amplias evaluaciones en los críticos internacionales. 

 

   


También le tocó el turno al
Cafayate Reserva Cabernet Sauvignon, Cosecha 2022, de la Bodega Etchart que fuera fundada (en Cafayate), en 1850, y ha sido pionera en el desarrollo de la producción vitivinícola en los Valles Calchaquíes.
Se hace con uvas de viñedos de más de 25 años y ubicados a 1750 metros de altura. Tiene una presentación sobria que llama la atención por la palabra Cafayate, las letras blancas y cursivas. En la copa tiene un color rojo rubí intenso y en nariz ofrece aromas a frutas rojas y negras, demonios de pimientos y un toque de vainilla, merced a su contacto con roble. En boca tiene una entrada ligera (13,5º) y luego brinda una buena impresión en el paladar con sus taninos presentes aunque redondos y llega a un final grato y satisfactorio. Muy Bueno (Aprox. $4000).  

 

 

En estos días probé la Finca La Anita Syrah 2020 de la bodega homónima fundada en 1990, por Manuel Mas, que se hace con uvas de un viñedo del oeste de la finca sita en Alto Agrelo, Luján de Cuyo, a 1100 msnm de altura.
Se elabora con levaduras seleccionadas, en tanques de acero inoxidable, con maceración post fermentativa por 3 días y posterior fermentación maloláctica, para después reposar doce meses en barricas de roble francés y americano de primer y segundo uso.
Tiene una presentación alegre por el color de su etiqueta, pero sobria en sus detalles. En la copa muestra un color rojo oscuro y violáceo. En nariz propone aromas a frutas rojas maduras, con notas especiadas, pimienta y pimientos, además de un dejo a chocolate, producto de su crianza en madera. En boca es amable en su entrada y luego tiene buen cuerpo (14º), taninos presentes que le dan carácter, para llegar a un final persistente. Muy bueno, aunque me gustan el Cabernet Sauvignon y el Gran Corte (Aprox. $ 7000/7500). Su cosecha 2017 obtuvo 94 puntos de James Suckling (la imagen es de una cosecha posterior).  

 

 

Uno de estos días de calor extremo entré a un supermercado oriental a comprar algo y me descubrirá el precio del tradicional y conocido Vasco Viejo Blend de Uvas Blancas : $ 1.300. Consecuentemente compré tres botellas. Como dije muchas veces no es un gran cru, pero es el mejor vino en esa gama de precios, ya que cualquier nivel de entrada, está cerca -o por arriba- de los $ 2.000.  
Justo íbamos almorzar una gran ensalada (en mi caso), de lechuga, cebolla (cortada en pluma), queso de máquina y algún trozo pequeño de pechuga de pollo, todo condimentado con un buen aceite de oliva Laur, a lo que agregué un poquito de ají molido ahumado.  
El Vasco Viejo acompañó perfectamente esa ingesta, con su color amarillo ligeramente dorado, resultando muy fresco, amable y muy fácil de beber (12,7º).   

 

 

NOTICIAS

  

En la visita a la Bodega Atamisque , en la que nos atendieron de manera excelente, probamos vinos y almorzamos al aire libre, a la sombra de los grandes árboles que rodean su restaurante El Rincón de Atamisque . Tuvimos la oportunidad de conocer a Bruno Ferrari, que estaba acompañado por su esposa y con quienes compartimos el almuerzo junto a Philippe Caraguel (Director y Enólogo principal), Jean Etienne Baume (Presidente), y dos proveedores. 

Se trata de un joven muy emprendedor (hijo de Adriana Constantini y Néstor Ferrari), que en 2001 se recibió en Alemania, en la Technische Universitat de Berlin, de maestro cervecero (brewmaster = Maestro Elaborador de Cerveza), y poco después “ancló” en Bariloche donde comenzó a hacer su propia elaboración de cerveza que, en un comienzo, se vendía solamente en sus dos bares, llamados Berlina, por la marca de la cerveza producida.
A él se unieron sus hermanos Guido y Franco y actualmente producen unos 100.000 litros mensuales. El emprendimiento ha sido premiado en diversas oportunidades. Así, desde su planta elaboradora sita en Colonia Suiza se expandieron con sus ventas y sus franquicias, a todo el país.
Hacen varios tipos de cerveza como la Old Ale, una cerveza a base de maltas caramelizadas, la Stout, la Indian Pale Ale (IPA), la Golden American Lager y otras. 

 

También elaboran otros productos como un vodka, una grapa, salsas con birra y sal de cerveza y está comenzando a adentrarse en el mundo del vino.  
Probamos ese delicioso vodka, que es imperdible, y que tiene un ligero aroma (por lo general los vodka no poseen casi ningún aroma), a tomillo salvaje, porque así lo decidió Bruno, homenajeando al “Rey de los Andes” EL CONDOR que es el ave rapaz más grande del mundo.  
Pese a su alta graduación alcohólica se deja tomar amablemente, dejando un grato recuerdo en el paladar.  
Saludo y felicito a Bruno que, seguramente, pronto incursionará en otros rubros.  

 

 

ALGUNOS MENSAJES DE LECTORES

 

Varios lectores, respecto a los mensajes que transcribí la semana pasada, coincidieron en “celebrar” la continuación de estas columnas y destacaron la constante continuidad de los envíos. En especial, un viejo amigo me alento a seguir en esta senda, diciendo:

Claro que tenés que sentirte orgulloso. Empezaste esta aventura de la nada y hoy tenés millas de seguidores que esperan semanalmente La Columna, así que no la dejes nunca. Ello, más allá que puedas avanzar en otros campos más modernos. Abrazo.

Le agradecí como a todos lo que me dijeron algo así.

 

Un seguidor muy futbolero, opinó:
No recomiendo los vinos de Boca, tienen un sabor amargo en la entrada, y ardor en la salida…
No me interesa el futbol, ​​​​por eso pude contar claramente la calidad del vino que probé, así como lo hice la 
semana siguiente con el de River. 

 

Otro lector asiduo, apuntó:
Muy atractiva la joven sentada en la playa con su vino.
Cierto.

 

Un joven lector me dijo:
Alejo decile que se le va a calentar el vino, y que yo la puedo acompañar a saborearlo.
Atento el caballero. 

 

Un amigo me contó:
Alejo, cómo andás, después de las vacaciones vi tu Columna en la que habías del Sableado. Yo también lo vi, es espectacular, pero no me animé a tomar el champagne por el peligro del vidrio, pero muchos tomaron y no les pasó nada. Ahora vos decís lo mismo y me dieron ganas de abrirlo así, en casa por las dudas, para no hacer un desastre en público.
Para ello es útil un cuchillo grande y fuerte de cocina pero… cuidado.  

 

Los comentarios anteriores, pueden volver a leerse  haciendo clic en el buscador

Y muchos pueden verse en @alejo.martinez.araujo

 

 La semana que viene estará con Uds.

¡¡¡Buenos Vinos!!!

 

alejo

“El Añejo”