Recordarán que en noviembre pasado estuve en Mendoza y en ese viaje visitamos -entre otras- la Bodega Trapiche de la que ya les he hablado varias veces, ya que se trata de la más importante del país y una de las diez más grandes del mundo.   

Tiene una capacidad de molienda de uva de cincuenta millones de kilos, una capacidad de vasijas de treinta millones de litros, compuesta por 14,3 millones de acero inoxidable, 13 millones de cemento y 2,7 millones de barricas de roble.
Cuenta con 1.075 hectáreas de viñedos y, además, compra uvas a productores independientes, con algunos de los cuales ha desarrollado una línea denominada Trapiche Malbec Single Vineyard (que más adelante detallaré).
Tiene cuatrocientos empleados, una cifra más que significativa en esta industria y vende más de dos millones y medio de cajas por año, en el marcado interno y externo y factura unos sesenta millones dólares al año.

La bodega tradicional se ubica en la localidad de Coquimbito, del Partido de Maipú, Mendoza y a su lado se reinauguró una vieja bodega, totalmente aggiornada y que fuera adquirida hace tres o cuatro años (en la imagen)

Fuimos recibidos por Daniel Pi que es el Jefe de Enología o Chief Winemaker.
 
Daniel estudió en el Liceo Agrícola de la Universidad Nacional de Cuyo donde obtuvo el titulo de Enólogo, luego estudió en la Facultad de Enología Don Bosco, en la que se recibió de Licenciado en Enología en 1983.
Comenzó a trabajar en el Instituto Nacional de Vitivinicultura, así como también en la citada facultad como profesor de Química. Luego se desempeñó en la Bodega Quirós y también en el Instituto de Investigaciones Francisco Oreglia en el que fue contratado como investigador desde 1987 hasta 1992.
En 1992 comenzó a trabajar como enólogo en el Grupo Peñaflor, en San Juan, desarrollando viñedos y vinos que llevarían a lo que posteriormente se conoce como Finca Las Moras. En 1998 pasó a trabajar en lo que ahora es El Esteco, en Cafayate y desde el año 2002 volvió a Mendoza, para ser desde octubre de 2003 el Jefe de Enología de la Bodega Trapiche, de ahí que se lo llame (en forma más que merecida), Chief Winemaker.

Como siempre, le puso “garra” a su trabajo, que lo apasiona, y ha desarrollado varios productos nuevos, como: Los Trapiche Malbec Single Vineyard, que son vinos hechos con uvas malbec de un solo viñedo (de fincas a las que Trapiche habitualmente les compra las uvas), y que -a razón de tres por año- se elaboran de la misma forma para poder verificar las características que cada terruño le brinda al vino. O como el Iscay (originalmente “diseñado” por Michel Rolland y Angel Mendoza), que desde 2003 lo tiene como su winemaker, con la misma calidad que los de antaño.

Actualmente es responsable de la elaboración de todos los vinos de la bodega: Los Trapiche Varietales, los Broquel, los Trapiche Origen, los Trapiche Colección Roble, los Fond de Cave Clásico, los Fond de Cave Reserva y el Fond de Cave Gran Reserva, el 120 años, el Trapiche Medalla, los Trapiche Gran Medalla, el Orgullo, el Iscay, los Single Vineyard y Trapiche Manos. Además de los Septiembre, Astica y Zaphi, en línea de vinos orgánicos. Un  ejemplo de laboriosidad y eficiencia.

La visita comenzó con una muestra de los parques que rodean a la bodega antigua (a la nueva no fuimos porque la visité el año pasado).

Luego continuó en el living de las oficinas, en una charla en la que Daniel relató todos los pormenores de la firma, su historia reciente y su producción.

Pasamos después a efectuar una degustación vertical de diez cosechas del Iscay, un vino top de la bodega, donde se agregó Sergio Case, otro enólogo de la bodega, que trabaja con Daniel.
Así probamos el 1997, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 (que aún no está en el mercado), las que ventilamos con un decantador y un Venturi (en la foto)
La impresión de las cuatro personas que los probamos fue que los cuatro primeros estaban un poco viejos, aunque bien tomables, pero el 2002 estaba soberbio, el 2003 estaba muy bueno pero no tanto como el 2002. El 2004 estaba estupendo, así como el 2005 y tanto el 2006 como el 2007, que estaban espléndidos, pero creo que pueden mejorar con unos años más en botella.

Después de esta degustación partimos a almorzar a Almacén del Sur, un destacado restaurante de la zona, en donde rociamos los manjares, primero, con el Trapiche Gran Medalla Chardonnay, del que ya les he hablado hace unos meses y que estaba excelente; luego con dos Trapiche Malbec Single Vineyard, Cosecha 2007 y 2008, que redondearon un almuerzo excelente.

Volvimos a la bodega y vimos las impresionantes instalaciones que permiten semejante producción.

También vinos algunos emplazamientos que la bodega desarrolló para mejorar, simplificar y agilizar las tareas vinculadas con diversos aspectos de la producción (en la imagen estábamos viendo un soporte para barricas que permite movilizarlas más ágilmente).

En definitiva, visitar una bodega de esas dimensiones ha sido una excelente experiencia, más aún cuando fuimos atendidos muy amablemente por su Chief Winemaker Daniel Pi y su colaborador Sergio Case.

A ellos mi agradecimiento y mis felicitaciones por la gran labor que desarrollan junto a los 400 integrantes de la bodega.