Unos días atrás, Jorge Benites, enólogo mendocino titular de Melodía Wines, estuvo en Buenos Aires y debido a sus compromisos no tuvimos más remedio que vernos en una presentación que hizo en el Hotel Las Cepas.

Allí presentó su Melodía Torrontés, Cosecha 2013, que se mostró con un color amarillo suave y un interesante despliegue aromático propio de la cepa, con aromas a frutas blancas a las que se agregaban notas mantecosas, para pasar en boca como un vino fresco, con buena acidez y con buen cuerpo que en su final dejaba sentir nuevamente esas notas señaladas que lo hacían apetitoso e interesante.

Pasó después al Melodía Chardonnay, Cosecha 2012, fermentado en barricas, que se exhibió con un color amarillo dorado y algunos tonos verdosos, para proponer en nariz frutas tropicales y un ligero dejo de vainilla.

Siguió el Vía Libre Cabernet Sauvignon, Cosecha 2011, con cuatro meses de barrica americana, que se presentó con un color rojo rubí intenso y que resultó muy agradable, con taninos suaves pero firmes que le brindan personalidad y elegancia.

Los tranquilos terminaron con un Melodía Bonarda Cosecha 2009, excepcional. En efecto, según nos contó, el viñedo sufrió el granizo en el año 2007, por lo que en el 2008 casi no tuvo producción y en el 2009, apenas alcanzó a superar las cuatro toneladas por hectárea (bajo rendimiento para cualquier cepa y más aún para la bonarda), por lo que se obtuvo un vino concentrado, intenso, frutado y de alta calidad enológica. Con su color típico desprendía aromas a frutos rojos entre los que se destacaban la frambuesa, la cereza y la guinda, dando una sensación acaramelada, y ello con un suave toque de vainilla. En boca tenía una entrada dulzona, para correr después, con buen cuerpo, envolvente, elegante, e importante, para concluir con un final cautivante. Excelente.

Luego siguieron los espumosos Melodía, de los que les hablé varias veces, destacándose, entre los asistentes, el Torrontés dulce natural y el Malbec Rosé Dulce.

Después de una larga charla con algunos de los asistentes (entre ellos un matrimonio venezolano, encantado con nuestro país y nuestros vinos), nos despedimos de Jorge hasta mi próximo viaje a Mendoza, el mes próximo.