A poco de llegar a San Rafael, fui hasta las instalaciones de Algodón Wine Estates que un emprendimiento complejo, cuya actividad inmobiliaria consiste en vender parcelas de esta finca de esta finca de 830 hectáreas a para construir casas en ese marco de viñedos ubicados a los pies de las montañas Sierra Pintada a pocos kilómetros de San Rafael, Mendoza.
Los viñedos se encuentran entre dos ríos que reciben las aguas glaciares de los nevados Andes que además sirven para regar olivares y una gran variedad de nogales y frutales enriquecen el lugar
En lugar se completa con cancha de golf de 18 hoyos, hotel y restaurante, a los que se suma el paisaje, más que atractivo.
La bodega es parte de dicha empresa y está a cargo de Mauro Nosenzo (en la imagen), con el aporte, como Wine Consultant, del destacado Argentine Flying Winemaker, Marcelo Pelleriti, lo que constituye una dupla más que interesante, para el resultado de los vinos que, puedo garantizar, hacen honor a los mencionados winemakers.
Después de una vista de los alrededores de la bodega, Mauro (que me acompaña en las imágenes), nos brindó una recorrida, en la que probamos algunos vinos y nos mostró, entre otras cosas, esta linda sala de degustaciones.
Después nos mostró el hotel, cuyo lobby se ilustra a la izquierda.
Luego fuimos al restaurante, que tiene la característica de ser informal y con estilo campestre, pero muy elegante a la vez.
En el restaurante nos acompañaron la esposa de Mauro y Pedro Bernacchi, máximo responsable de todo el emprendimiento (tanto en Mendoza, cuanto en Capital Federal), y su esposa, y todos compartimos una agradable cena que se extendió hasta la medianoche.
Cabe destacar que tomamos el PIMA, Cosecha 2010, el vino top de la bodega, de cuyo antecesor ya les he hablado, en oportunidad de su lanzamiento, en la Mansión Algodón, en Capital federal, a fines del año pasado.
Se trata de un blend de Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot, que tiene un color rojo profundo, aromas frutados con notas de ciruelas, moras, frambuesas y toques de especias, flores y vainilla. En boca tiene muy buen cuerpo, buena acidez y con taninos intensos pero redondeados por el paso por barricas de roble francés durante 24 meses. En general es un vino con una impronta de un vino interesante, elegante y sofisticado. Ya es espléndido aunque seguramente mejorará con un tiempo más en botella (Aprox. $ 500).
Cabe destacar que Pima es una variedad de algodón, originaria del Perú que data de 2500 a.c. y que llega a ser el algodón más fino y de fibra más larga en el mundo, con una suavidad, tersura y calidad que lo erigen en una tela preciada en todo el orbe. El nombre del vino, entonces, le “calza” perfectamente a este excelente producto de la Bodega Algodón.
Después tomamos el Algodón Malbec Bonarda, muy bueno por cierto ya que deja -como el anterior- la sensación de estar en presencia de un vino importante, corpulento y agradable (Aprox. $ 130/140).
Terminamos con el Algodón Pinot Noir, Cosecha 2010, que pasa catorce meses en barricas y que constituye otra expresión de excelente calidad que me dejó más que conforme y con la certeza de haber tomado otro vino excelente y que no necesitaba más guarda (aunque un año más no lo haría mal), ya que -a mi criterio- estaba en su mejor momento. Excelente (Aprox. $ 120).
Y nos fuimos con la satisfacción de haber visitado un hermoso lugar, disfrutando también de una agradable cena y tomando excelentes vinos.
Recientemente en la Mansión Algodón de Buenos Aires -en un almuerzo- probé un Algodón Pinot Noir Cosecha 2009 que también estaba espléndido. En esa oportunidad también probamos un Bonarda, que es uno de los mejores que pueden tomarse en el país.