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VINOS

En una cena, en casa con un matrimonio amigo, abrí (entre otros), un Trapiche Medalla, Malbec, Cosecha 2021.
Merece destacarse que esta bodega fue fundada en 1883 por Don Tiburcio Benegas, un reconocido pionero en la vitivinicultura de nuestro país. En estos 140 años ha cambiado de manos varias veces y también se ha renovado otras tantas. Actualmente forma parte del Grupo Peñaflor que es de propiedad de la Familia Bemberg.
Esta es la bodega argentina más reconocida internacionalmente siendo la que más exporta y la primera productora de malbec del mundo, y (todo el grupo), es una de las diez empresas vitivinícolas más grandes de todo el orbe.
En 1983, en homenaje a los 100 años de la bodega, nació este vino; originalmente con una sola etiqueta que, con el tiempo fue juntando otras “hermanas”.
En el caso, el vino se elabora con uvas de Luján de Cuyo y Maipú, y tiene una crianza en barricas de roble francés de primer uso durante doce meses. Tiene un color rojo intenso con tintes violáceos, y buenas piernas. En nariz ofrece aromas de frutos rojos, entre los que sobresalen la ciruela, la cereza y la frambuesa, además de notas de vainilla, chocolate un suave dejo a tabaco debido a su paso por roble. En boca tiene un ataque amable y ligeramente dulzón, propio de la cepa, y luego corre con buen cuerpo (14,5º), con taninos sedosos y un volumen que acaricia el paladar de manera muy agradable. Su final es largo y goloso. Más que excelente (Aprox. $ 5.000, pero en la tienda on line de la bodega se puede conseguir a menor valor). 

Después de mucho tiempo volví a probar el Atemporal, en este caso Cosecha 2019, que elabora la Bodega Alta Vista. 
Esta bodega, que nació con su primera cosecha en 1998, posee más de 200 hectáreas en Mendoza, repartidas en cinco fincas, plantadas por encima de los 1000 metros sobre el nivel del mar, y otra finca en Cafayate, Salta.
La bodega propiamente dicha está en Chacras de Coria, a 15 kilómetros al sur de la ciudad de Mendoza, en un edificio histórico construido en 1899, pero totalmente restaurado, respetando su arquitectura tradicional e incluyendo las últimas tecnologías. Los responsables de la enología son, Didier Debono como Head Winemaker, y sus colaboradores, Pamela Alfonso, Adrián Meyer y María Graciela Drago.
Este vino es un blend con la mayor parte de Malbec, algo de Cabernet Sauvignon y una pequeña parte Petit Verdot, todas las uvas son del Valle e Uco. Cada varietal se vinifica separadamente y pasa un año en barricas de roble francés, para después hacer el corte y estabilizarlo.
Tiene una presentación elegante que se destaca en las góndolas y se muestra en la copa con un color rojo oscuro y violáceo, con buenas piernas. En nariz propone aromas a frutos rojos y negros, como ciruelas, arándanos, notas de violetas algo de especias y toques de vainilla y chocolate. En boca tienen una entrada amable, buen cuerpo (14,5°), taninos sedosos y dulzones que lo hacen muy agradable. Muy, pero muy bueno (Aprox. $ 3000/5000).  

Con un Abadejo al Horno con papas españolas, tomamos un Salentein Reserva Chardonnay, Cosecha 2021, que nunca falla.
En efecto, integra una línea que tiene varias etiquetas (diez), todas muy buenas y que siempre tienen un buen resultado al abrirlas y servirlas.

Este, siempre ha sido un clásico chardonnay de zonas altas (entre 1300 y 1500 metros de altura), con parte del vino que pasa por maloláctica y luego seis meses en barricas.

Se exhibe en la copa con un color amarillo brillante y ligeros tonos verdosos. En nariz brinda aromas frutas de pulpa blanca, un ligero dejo de cítricos, notas de flores blancas y suaves dejos de vainilla, aportados por la madera, combinada adecuadamente con la fruta, la acidez y el alcohol. En boca tiene un ataque fresco y amable, para después correr con un cuerpo adecuado para un blanco (13,5º), y cierta untuosidad que perdura hasta su recuerdo. Excelente (Aprox. $ 2000).  

Para los que dicen que siempre comento vinos caros, hoy les cuento que con un osobucco en cocción prolongada (al vino tinto), tomamos un Patridje, Malbec, Cosecha 2022 (que también se usó en la cocción).
Se trata de un vino que puede considerarse entry level de la Bodega llamada Viña Las Perdices, pero que es muy bueno en su gama. Tiene una etiqueta sobria, pero destacando a la perdiz y se muestra, ya servido, con un color rojo rubí intenso y profundo. En nariz ofrece aromas a frutas rojas entre las que sobresalen las ciruelas, frambuesas y moras, con algunos dejos de tabaco y vainilla, provenientes de su contacto con roble durante ocho meses (seguramente en barricas usadas), que además de aportar esos ligeros aromas le redondea los taninos haciéndolo muy agradable de principio a fin. (Aproximadamente $ 900, comprado hace tres semanas).  

En estos días probé el Aceite de Oliva Virgen Extra Bressano, que elabora la Bodega Falasco, de la que les hablé varias veces, especialmente en ocasión de mi último viaje a Mendoza.

Se trata de un Blend de Manzanilla, Frantoio y Arauco, producidos en olivares sitos en Alto Agrelo, Mendoza, con una acidez menor a 0,2 %.

Se hace mediante el método toscano, que consiste en la cosecha y molienda inmediata debajo del olivar, para evitar fermentación y oxidaciones.

Tiene una presentación elegante en una botella de 500 cc y se muestra con un color verde oliva brillante y transparente. Se perciben aromas herbáceos, con dejos de tomates, alcauciles y albahaca, toques de rúcula, frutos secos y especias. En boca es suavemente picante, algo amargo y corpulento, pero elegante hasta su recuerdo. Excelente (Aprox. unos $ 7000).   

NOTICIAS

 
Misterio Wines ha anunciado el lanzamiento de su nuevo Vino Orgánico, el Misterio Malbec Orgánico, Cosecha 2022, un 100% Malbec elaborado con uvas provenientes de Maipú, Mendoza. Un vino que se suma a su línea de “innovación” y que desde la elección de las viñas hasta la vinificación, el proceso ha sido diseñado para respetar y preservar el medio ambiente.
Desde el 2019 MISTERIO WINES, de la mano de su enólogo Rogelio Rabino, tiene puesto el foco en realizar acciones y programas de sustentabilidad logrando en 2021 su certificación orgánica. Sin el uso de productos químicos, pesticidas ni herbicidas,
El resultado es un Malbec que destaca por su carácter frutado, con notas a cerezas y una acidez vibrante. Con aromas y sabores equilibrados, que representa la esencia relajada y fresca de la bodega.
Entre sus características puede señalarse que tiene fermentación maloláctica, 13,5° de alcohol, una acidez total de 6,8 g/l y, según me cuentan, tiene un color rojo rubí intenso, aromas frutados a cerezas y notas florales, con una entrada en boca frutada y fluida, como en todo su recorrido por el paladar. 

Erin Larkin en The Wine Advocate (de Robert M. Parker Jr.), ha señalado la “aparente” diferencia que se le da en Australia al SYRAH O SHIRAZ, cepa que se da muy bien en ese país, en el que lo producen de manera sostenida. Y dijo: 

“Shiraz”, como variedad, no existe en la base de datos de Robert Parker Wine Advocate. Es sólo Syrah. Sin embargo, existe una creciente división estilística en Australia entre Shiraz y Syrah.
No existe allí una delimitación precisa entre Shiraz y Syrah, no obstante, los dos términos pueden interpretarse así. Shiraz: es el nombre tradicional para Syrah, y sigue siendo el apodo dominante para describirlo en muchas botellas. La insinuación sobre el estilo es menos pronunciada, ya que no todos los productores adhieren a él, pero puede indicar un área de cultivo más cálida, vino con más cuerpo, con más alcohol y mayor presencia de roble. Syrah, por el contrario, está comenzando a significar un estilo de vino de área más fría, más fino y de cuerpo medio, roble neutro (o fermentación en recipientes de maduración alternativos), cosecha más temprana y, por lo tanto, alcoholes ligeramente inferiores. Estas definiciones no son absolutas, pero son una tendencia. 

Existen narraciones históricas que indican que Cleopatra bebía Syrah mientras tomaba sus baños de leche de cabras en Egipto. Otra de estas historias dice que durante las cruzadas, los guerreros llevaron estacas de la cepa por toda Europa y Medio Oriente. Otras versiones hablan de tiempos anteriores fijando su origen en Persia, en la zona denominada Chiraz o Shiraz. Lo concreto es que el Syrah habría ingresado al continente Europeo a través del puerto siciliano de Siracusa, por medio de las legiones del Imperio Romano.
Hace no mucho tiempo un estudio estimó que la variedad syrah es originaria de Francia de un cruce de otras dos variedades menores también francesas, asignando su origen a la región del Ródano.

Lo concreto es que esta uva da buenos vinos y que el vino elaborado con ella ha sido calificado como el King Kong de los Vinos, por Anthony Díaz Blue, un conocido periodista de vinos de los EEUU, que lo definió así por ser un vino enérgico, corpulento, de gran carácter, mucha personalidad, de importante riqueza tánica y aromática y con un color rojo oscuro con tintes violáceos. 

ALGUNOS MENSAJES DE LECTORES

Una lectora me dijo:
Qué bien que pusiste a un actorazo elegante, versátil y con personalidad Y además hace vino ¿ que más se puede pedir ?
Y … que nos mande algún vino. 

Con respecto a la semana pasada: 

Un amigo, ex restauranteur apuntó:
Es una diosa operada, pero diosa al fin…
No creo que importe mucho.

Un asiduo concurrente de esta sección, afirmó:
Está tomando jugo de Ananá.
Humm

Un bróker náutico, apuntó:
Hola Alejo. Supongo que la chica es adicta al jugo de pomelo. Pregunto: La respuesta puede ser inscripta en el masomenismo: Una botella de vino de 8000 pesos en restaurante ¿ A cuánto se la consigue en las góndolas ?
Insisten: Debe ser jugo de pomelo, pero seguro con algún complemento (sino estaría servido en un vaso de trago largo).

En el marco de un “masomenómetro”, un vino de $ 8000 en un restaurante, puede estar en unos $ 5000 en una vinoteca. 

Los comentarios aquí vertidos, o los anteriores, pueden volver a leerse en www.columnadelvino.com.ar  haciendo click en el buscador

Y muchos pueden verse en @alejo.martinez.araujo

La semana que viene estaré con Uds.

Mientras tanto, les deseo vinos.

ALEJO

“El Añejo”