Una de las bodegas que visité en mi último viaje a Mendoza, fue la Bodega Ojo de Vino que como ya les conté es de propiedad del músico y artista suizo Dieter Meyer.
Elabora vinos orgánicos (certificados) y sus marcas son Puro, que se presenta en tres gamas y el Malo que es el top de la bodega. Son esencialmente tintos, aunque ahora están empezando a producir torrontés, además del rosado.
Como estacionamos cerca del restaurante nos recibió Jaime Baeza, que está a cargo del emprendimiento gastronómico al que referiré después.
Nos atendió muy amablemente Juan González, un joven enólogo, a cargo de la atención de la bodega y de su actividad esencial, que es asesorado como Wine Consultant, por Marcelo Pelleriti (único enólogo argentino en obtener 100 puntos Parker), de quién no hace falta decir nada, pues su mención habla por sí sola.
Allí nos mostró las instalaciones, las pruebas que se están haciendo con los relativamente nuevos tanques de cemento con forma de huevo y nos hizo probar algunos vinos que aún no salen al mercado. Uno de los más llamativos fue el Torrontés y el Pinot Noir de Río Negra, zona en dónde el propietario adquirió hace poco unas cuantas hectáreas.
También degustamos las pruebas que se están haciendo con estos tanques con forma de huevo que están tan de moda en los últimos tiempos. Todos vinos en proceso de elaboración que “pintan” muy bien.
Después nos acercamos al restaurante y Juan nos acompañó con una copa de Puro Rosado que estaba muy, pero muy bueno.
Luego tuvimos el placer de almorzar mirando el paisaje de los viñedos con el fondo de la Cordillera de los Andes.
Cabe decir que, tanto para los visitantes (mientras estábamos llegó una pareja de norteamericanos), como para quienes viven en Mendoza, almorzar en el restaurante de Jaime, es más que un placer. Eran cinco pasos, acompañados por otros tantos vinos de la bodega.
En el almuerzo tomamos el Puro Rosado, el Puro Cabernet, El Puro Malbec-Cabernet y el Puro Gran Corte, todos espléndidos en su gama.
Una bodega que no escatima en inversiones y que ya se destaca por la calidad de sus productos (de los cuales exporta una buena parte), pero que seguirá impactando y se seguirá instalando en el mercado local.