(Año 2007)

La primera que nos recibió fue la Bodega Monteviejo, de propiedad de Catherine Pere Vergé, a quien vemos en la imagen con su excelente winemaker Marcelo Pelleriti, que cumple esa función aquí y en los tres emprendimientos de Catherine en Pomerol (Chateau La Violette, Chateau Montviel y Chateau Le Gay).
La bodega está enclavada en Clos de los Siete (el emprendimiento organizado y guiado por Michel Rolland), a unos 1100 a 1300 metros sobre el nivel del mar y cerca de Vistaflores (Tunuyán).
Su elegancia edilicia es notable y su terraza permite observar la Cordillera y los viñedos desde una posición privilegiada -que invita a no abandonarla- por la belleza que presenta a los sentidos.
Había estado allí hace dos años, pero no quise perderme esa vista, como tampoco la atención que siempre brindan a los visitantes (y sus vinos por supuesto).

Fuimos atendidos -más que amablemente- por Marcelo Pelleriti, quien me acompaña en la imagen, en la que se aprecian los vinos que probamos, asado de por medio.

Los vinos fueron:

Mariflor, un Sauvignon Blanc de Michel Rolland que está saliendo al mercado en los últimos días del año. Con un buen paso por madera, poco común en esta cepa, que le brinda cierta complejidad y armonía, lo hacen un vino distinto y excelente.

Lindaflor Chardonnay, que ya había tomado en sus primeras versiones, es untuoso, corpulento, complejo y elegante. Muy buen chardonnay con un buen aporte de madera.

Monteviejo, Cosecha 2005, que constituye un poco el emblema de la Bodega ya que se lanzó con el famoso Monteviejo, Malbec, Cosecha 2000 que fue muy, pero muy bueno. Ahora y desde el 2004 es un blend de alta calidad y mucho potencial de guarda. En especial, este me pareció que podría estar mejor el año próximo. Muy bueno, pero mejorará mucho con un tiempo en botella.

Lindaflor, Cosecha 2004, es el ya clásico malbec de alta gama de la bodega, que combina en forma maravillosa las características de la cepa, con el estilo de la casa, que es hacer vinos de alta calidad, corpulentos, con buen paso por roble y con elegancia. Es uno de los mejores malbec del país. Pero vale la pena decir que si este me gustó, me pareció mucho más atractivo un Cosecha 2003 que toma-mos con Marcelo en el restaurante Cultural La Sal sito en plena zona gastronómica de la ciudad de Mendoza (Belgrano y Sarmiento). Ese, con un año más de evolución, puedo calificarlo de soberbio (como figura desde hace tiempo en mi web page).

El Lindaflor, Malbec, 2004 obtuvo 94 puntos en The Wine Advocate de Robert M. Parker Jr., la publicación de vinos más importante de mundo.

Este es el vino Top de la Bodega Monteviejo, de Catherine Péré Vergé, que integra el grupo Clos de los Siete supervisado por el First Fly Winemaker: Michel Rolland.
El vino fue hecho por el destacado winemaker de la bodega (y de los chateau franceses de Catherine), Marcelo Pelleriti (v. imagen)

Es así que hoy ha obtenido de Parker la calificación de An outstan-ding wine (90 a 95 puntos), quizás si lo probase dentro de un año podría calificarlo como un An extraordinary wine (de 96 a 100), a la que muy pocos vinos llegaron.

Luego pasamos al Val de Flores que es un malbec que se hace con uvas de un viñedo cercano, de propiedad de Michel Rolland, pero que se elabora en Monteviejo. Es un vino de cierta similitud al anterior, de alta gama también y de lo mejor que se puede encontrar en esa gama de precio ($ 150).

Ya en terreno francés, pudimos probar el Chateau Montviel, hecho por Marcelo en Pomerol, que para que tengan una idea les cuento que en Francia cuesta unos € 20. Me pareció un vino de calidad, de mucha personalidad y very strong.

En cambio el siguiente, que fue el Chateau Le Gay (A.O.C. Pomerol), que cuesta allá unos € 80, me dio la impresión de un vino superior. Soberbio. En efecto, este vino fue hecho con la técnica llamada “microvinificación” que consiste en vinificar el vino en barricas nuevas de 225 litros, con procedimientos adecuados a este tipo de recipientes. Luego de completada la vinificación es guardado en la misma barrica (previa limpieza de los elementos sólidos), por un período de 24 a 36 meses. Todo ello redunda en un vino complejo, redondo equilibrado, armónico, corpulento y elegante. Creo que fue el mejor, especialmente por la novedad.

No puedo dejar de señalar que nos despidió Sofía Farachi, que me acompaña en la imagen, quien nos atendió muy, pero muy bien, por lo que va este agradecimiento a ambos.