Hace unos días fui a cenar al restaurante LA BANDURRIA, sito en pleno Palermo, en Nicaragua 6078, casi esquina Dorrego, de Capital Federal, en un lugar pegado a la zona de los restaurantes.
Se trata de un lugar sobrio que está muy bueno para la zona, especialmente para familias, ya que no está en el centro del bullicio y en un lugar en el que es más fácil estacionar.
   
Sus dueños, Sergio Ribetto y Federico Freysselinard, con experiencia gastronómica previa, se ocuparon de cambiar el formato de un restaurante estilo español (de ahí el nombre del antiguo instrumento de cuerdas ibérico), para conformar una parrilla de amplia gama de platos, incluso algunos más elaborados, incluyendo pastas y pescados.

Lo primero que puede decirse es que desde que uno entra nota que se han cuidado los detalles, proponiendo un buen gusto -en general- basado en un elegante mobiliario de madera, una buena iluminación sobre cada una de las mesas y un ventanal en la parte delantera, más una terraza para los días de clima apacible. Pero, sobre todo, cabe destacar la suficiente separación de las mesas. 

La atención es muy buena, los platos razonablemente abundantes y de excelente calidad, la carta de vinos no es muy amplia pero tiene suficientes opciones para conformar a todos los gustos y presupuestos y los precios son razonables. Estimo que el costo promedio (con media botella de vino p/p), ronda los $ 250/300, por comensal.

Para completar la descripción puedo señalar que en el sector que da al frente, que se ve en la imagen de la izquierda, tiene una calidez e intimidad destacables para la noche y con buena luz durante el día.

Los dueños acomodan las mesas, en casos de grupos numerosos, a fin de no molestar al resto de los comensales.

En definitiva tiene todos los aditamentos para constituir una opción muy recomendable.

La Bandurria (4771-0767), atiende todos los días de 12 a 16 y de 20 a 24, acepta tarjetas de crédito.