FAMILIA FALASCO
En nuestro viaje a Mendoza, del mes noviembre, tuvimos el gusto de visitar la Bodega de la Familia Falasco: Los Haroldos, que constituye, realmente, una mega empresa, llamada así, en honor a los creadores del emprendimiento.
Cabe recordar que -como ya les conté- la familia ingresó en la actividad vitivinícola en 1939 en Chacabuco, Pcia. de Buenos Aires, cuando Octavio Rufino Falasco (1ra. generación), compraba vinos para fraccionarlos en la planta que tenía en esa ciudad.
Parte de esa actividad la desarrolló Haroldo Santos Falasco (“Don Lolo”), que recorría en bicicleta las calles de esa ciudad distribuyendo los vinos de la familia. Luego, la empresa fue creciendo y tomó la posta su hijo Jorge, desarrollando el negocio que cuenta actualmente, con las Bodegas Los Haroldos, Falasco Wines y Balbo. Tras su fallecimiento, sigue en carrera la cuarta generación integrada por Franco, Director ejecutivo (CEO), su hermana Florencia, que se encarga del Desarrollo de Productos y su hermano Francesco, que se ocupa del Diseño y Proyecto de vinos de autor. Hoy producen alrededor de 100 MM de litros anuales y constituyen el 5º grupo vitivinícola de nuestro país.
Después de las cifras señaladas, que ya conocía, ver toda la inversión y tecnología era un desafío y allí fuimos.
Nos recibieron muy atentamente Franco Falasco, Alejandro Cánovas, uno de los enólogos (responsable de los tintos de alta gama), a quien ya conocía desde hace tiempo, y otros integrantes de la empresa. Luego de una charla, pasamos a ver las instalaciones.
Para la recorrida se sumó Gustavo Martinez que es algo así como el responsable máximo de la parte técnico-enológica y tanto las explicaciones sobre la “termovinificación”, cuanto de los distintos tipos de “recipientes” para prodiucir y guardar el vino fue muy interesante y completa. Algunas de las imágenes los muestran y también evidencian la gran inversión que representa algo así como 600 cubas (cemento -en dos formatos- y de acero inoxidable en varias formas y tamaños, como se aprecia en las imágenes inferiores.
En la recorrida pude probar diversos vinos de tanques, cuya calidad indicaba que serán grandes vinos.
Después almorzamos con Alejandro Cánovas en un restaurante de la Ciudad de San Martín, cercana a la Bodega, donde además de unos excelentes ojos de bifes, disfrutamos de:
Los Haroldos Gran Corte, Cosecha 2019, que es un assemblage de Cabernet Sauvignon 45%, Merlot 20%, Malbec 10%, Bonarda 10%, Petit Verdot 5%, Syrah 5%, Tannat 5%, con una crianza en barriles de roble francés durante 12 meses (50% nuevo, tostado medio), por separado seis meses y luego del corte otros seis meses. Excelente vino.
Ferus Malbec Cosecha 2019, con doce meses crianza en barricas de roble francés y americano durante. Otro excelente exponente de los malbec de Altamira, Vista Flores.
Es obvio que entre sus vinos top, se encuentran otras etiquetas de una calidad más que excelente como los Fausto Malbec y Fausto Blend. También los Hermandad, el Bressano su vino top y el espumante Antonieta.
Gran Bodega, magnífico emprendimiento y excelentes vinos que, seguramente, de la mano de Franco y de los destacados enólogos que allí ejercen su “arte”, nos dará mucho más.