La Bodega Tukma es una bodega boutique, ciertamente joven, con presencia en el mercado desde hace cuatro años y sus productos se venden en el mercado interno y se exportan a diversos países y han recibido reconocimientos en concursos, así como en la prensa especializada. Tiene viñedos en fincas ubicadas en Tolombón a 1.700 metros de altura, en Angastaco a 2.000 metros, ambas en el Valle Calchaquí salteño, que suman actualmente 15 hectáreas de viñedos en producción y ahora incorpora la de Huacalera, Provincia de Jujuy a 2.670 metros de altura.
Es oportuno destacar que, siglos atrás, se denominaba Tukmanao al territorio y Tukma a quien ostentaba el liderazgo, como fue el caso del Cacique Juan Calchaquí, el más célebre de todos. Esa forma de llamar al líder dio inspiración al nombre de la bodega.

A fines del año pasado (14/12/11), presentó su vino Altura 2.670, el primer Sauvignon Blanc elaborado en Huacalera, en la Quebrada de Humahuaca, Provincia de Jujuy. Es el más septentrional de los vinos elaborados en la Argentina y, debe destacarse, esta es su primera cosecha.
El  vino es elaborado con uvas provenientes de viñedos de siete años de antigüedad, ubicados en la finca de Huacalera, Quebrada de Humahuaca. Tiene un color amarillo claro con tintes verdosos, ya en nariz se presenta muy frutado y con notas herbáceas, característica típica de la variedad, destacándose sus aromas a espárragos, ruda, salvia y especialmente con notas muy importantes de morrones y ajíes verdes, que llamaron la atención a todos los integrantes de la mesa. En boca presenta buen volumen y densidad y su final es largo y agradable.
Debe destacarse que tanto en primera nariz como en el primer sorbo, llama la atención por sus notas aparentemente amargas nutridas de los aromas a morrones y ajíes verdes, luego, al maridarlo, o beberlo con la comida, resultó muy agradable e interesante, incluso más llamativo que los otros vinos de la  bodega.

Con el auspicio de la Secretaría de Turismo y Cultura de la Provincia de Jujuy, el vino se presentó en el marco de un almuerzo celebrado en Hotel Sofitel Arroyo, Buenos Aires, al que asistimos periodistas especializados así como los responsables y del enólogo de la bodega, José Luis Mounier (en la imagen).
Los platos fueron preparados con ingredientes regionales por el chef ejecutivo Olivier Falchi y todos resultaron muy buenos.

Es interesante destacar que la elevada altura y el clima que surge de ella (tengan en cuenta que la temperatura ambiente desciende un grado centígrado cada 180 metros de altura), lleva a que no todas las cepas pueden desarrollarse plenamente. En este caso se logró un vino excelente, aunque distinto, probablemente por todas las condiciones del terruño.
Fernando Maurette, presidente de Bodega Tukma, explicó el esfuerzo y las dificultades de cultivar viñas a tamaña altura y expresó su confianza en el desarrollo del producto sobre la base del terruño especial en que se produce.

Merece recordarse que la bodega tiene los siguientes productos, todos excelentes:

El Tukma Reserva Malbec, Cosecha 2009, que tiene una llamativa presentación y que si bien ya había probado en alguna otra ocasión, tuvimos oportunidad de disfrutarlo en el almuerzo, además del vino presentado. Este malbec tiene un color rojo muy intenso, aromas a frutas rojas maduras, algo de especias  y ligeros toques de vainilla y chocolate. En boca tiene un ataque agradable, corre con mucho cuerpo (14,2°), posee taninos importantes pero redondeados por el paso durante doce meses en barricas de roble y termina con un muy largo y elegante final. 

El Tukma Reserva Torrontés, Cosecha 2010, que se elabora con uvas de viñedos de 39 años de antigüedad sitas a 1900 metros de altura, en los Valles Calchaquíes, Salta. Presenta un color amarillo claro, límpido y brillante y con aroma típico de la variedad, complejo y elegante. En boca es redondo, fresco, con buena acidez y muy agradable (13,6°). Excelente.

El Tukma Gran Torrontés, Cosecha 2010, que también se elabora con uvas provenientes de parrales de 39 años de antigüedad, de la misma zona que el anterior y también se muestra con un color amarillo claro con tonos verdosos. Es muy frutado, complejo, delicado y elegante, con notas de vainilla aportadas por su paso por barrica de roble. En boca es amable, fresco, con buena acidez y muy agradable en todo su recorrido (13°).

La charla se prolongó con el café y nos fuimos con la sensación de que la bodega nos va a dar, muy pronto, más sorpresas, como la de este Altura 2670, llamativo, interesante y distinto, que es imperdible, como lo serán las sucesivas añadas. Es lo que le decía a Fernando al momento de la toma de esta imagen.